jueves, 2 de febrero de 2012

¡El Pajero!


Lola,
mi abuela materna y...¡El Pajero!

































En su patio al lado del corral de la cabra... recogiendo los huevos de las gallinas, que libres y a su completo albedrío los 'ponían' donde mejor les parecía... y abajo con su hijo ¡el tío Eugel! preparándose 'mangas remangadas' para lavar la 'losa' como ella llamaba los utensilios de cocina.



Abuela Lola no había nacido en nuestro pueblito, llegó a los dieciséis años desde Argual, un barrio de una de las dos ciudades que tiene la isla. Sus padres vinieron buscando trabajo y se quedaron a vivir allí.


No tengo fotografías de mi abuela Lola joven, las que tengo son más o menos de la misma época de las que aquí les muestro. Yo siempre la recuerdo así, vestida de marrón (canelo como ella decía) por una promesa a la virgen del Carmen, y con su pañuelo en la cabeza, me cuentan que desde que se le murió una hijita de nueve meses más nunca usó otro color para sus vestidos. Parece ser que abuela Lola era muy bonita, cantaba y bailaba muy bién y como había venido de la ciudad sabía muchas canciones y bailes que les enseñaba a las chicas del pueblo y hasta organizaban bailes donde hacían sus propias coreografías de bailes típicos.


Ella se había casado cuando ya contaba con treinta años de edad y no tengo muchos datos de su vida de soltera, a no ser lo referente a su actividad "artística". Su marido, mi abuelo Eustaquio, en su juventud emigró a Cuba para hacer 'fortuna' como era la constumbre de los jóvenes de nuestra isla en aquellos tiempos de pobreza y privaciones de todo tipo. Él, creo que tenía cuarenta años cuando se casaron y había regresado de Cuba sin haber logrado las metas que se había propuesto cuando emigró a ese país, o sea que regresó tan pobre como cuando se fué. En su ausencia sus hermanos se habían repartido las propiedades de sus padres y le habían dejado a él lo de menor valor. Entre esas propiedades estaba... ¡El Pajero!


El Pajero como su nombre lo indica, lo usaba mi bisabuelo Alejo -su padre- para guardar la "paja", hierba que se secaba durante el verano para que sirviera de alimento a los animales cuando era escasa en otras épocas del año, es de dos pisos, sólo que al estar encajado en una pequeña laderita, la mitad del cuarto de abajo queda dentro de la tierra a modo de cueva, si lo ves de frente parece una pequeña casita de un piso pero si lo ves de lado o por la parte de atrás puedes ver los dos pisos, tiene una pequeña puerta en la fachada y una ventanita muy pequeña y casi a ras del piso superior, en la pared que está al frente de la puerta, El cuarto de abajo tiene sólo una pequeña puerta. El piso del cuarto de arriba al igual que el techo son de madera, trabajada de manera rústica. El piso del cuarto de abajo que lo llamamos 'la lonja' yo recuerdo que era de tierra, cuando volví después de varios años abuela le había puesto cemento. Toda la construcción es de piedras unidas con cemento. El cuarto de arriba se usaba para guardar la 'paja' mientras que en la lonja se 'hospedaban' los animales que ayudaban en las tareas domésticas, ya que era muy fresca en verano y calientita en los fríos días de invierno.


En ese pajero, que bién podría formar parte de un cuento infantil, nos quedamos mi hermano y yo con la abuela Lola cuando mamá viajó a Venezuela a trabajar, con la intención de regresar después de algunos años como tantos otros emigrantes, con un poco de dinero que pudiera mejorar nuestra forma de vida, pero en realidad en su mente y en su corazón acariciaba la idea de encontrar a papá y formar de nuevo la familia que ella había soñado siempre...