Traslita y Andresín en una de las tantas comparsas que los jóvenes del pueblo improvisaban para alegrar sus fiestas y sus días... Traslita y Andresín son los primeros a la izquierda.
Traslita siempre ha sido esencialmente, genuinamente canaria, pero no conozco ninguna persona extranjera que haya entendido y amado tan profundamente a Venezuela como ella. Su amor es tan puro y auténtico que le es imposible hablar de Venezuela sin que la emoción entrecorte sus palabras y las lágrimas afloren a sus ojos. Ama y disfruta la comida venezolana como nadie, aunque en casa siempre se siguió cocinando 'canario', con algunas excepciones, por ejemplo el mejor dulce de lechoza que he comido en mi vida es el de Traslita. Amó la música venezolana y sus bailes hasta la locura, inclusive aprendió a bailar muy bien, pero siempre con ritmo 'canario' jajajajaja.
Recorrió en infinidad de oportunidades su hermosa geografía, admiró y disfrutó cada rincón que visitaba con verdadera pasión, respetó y adoptó sus costumbres y tradiciones y a su gente simplemente la adoró... ¡realmente los ama!!!
Si hay algo de lo que siempre le estaré agradecida a mi mamá Traslita, entre tantas y tantas otras cosas, es que siempre vivimos en Venezuela como unos venezolanos más, jamás me sentí una extranjera, pero a la vez sin dejar de ser canaria, las personas que me conocen saben que eso es así... ¿cómo lo logró Traslita? para mi sigue siendo un misterio, algo mágico.
Mamá nunca perdía ocasión para impartirme desde muy niña las enseñanzas que ella consideraba que me iban a ayudar a crecer como un ser integral, trabajador, consciente y responsable, por lo cuál me contaba historias que la ayudarían en ese sentido, casi siempre las historias que me contaba eran de personas de Puntagorda, su pueblito natal en Canarias, entre ellas estaba una que se refería a su maestra Doña Angeles.
Doña Angeles fue la maestra de mamá y también mi maestra en primer y segundo grado, pues después viajé a Venezuela.
Nuestra maestra Doña Angeles pertenecía a una de las dos familias ricas de nuestro pueblito y estaba casada con Don Ciro, perteneciente a la otra familia rica del pueblo, por lo tanto su situación económica era más que holgada. Traslita trabajó mucho con ellos, ganando jornal en los diferentes cultivos de sus terrenos, por lo cuál tuvo la oportunidad de compartir muchos momentos de su vida cotidiana. El matrimonio tenía dos hijas que cuando llegaron a ser ya unas señoritas, según me cuenta Traslita, Doña Angeles las obligaba a realizar algunas labores al lado de la sirvienta, que como personas ricas que eran, siempre tenían para ayudar en los trabajos domésticos. La gente del pueblo, que tenía la opinión generalizada de que Doña Angeles era una persona muy estricta y un tanto dura, la criticaba mucho por este motivo, hasta el extremo de que un día una vecina se atrevió a decirle: "Doña Angeles la están criticando mucho en el pueblo porque usted obliga a sus hijas a realizar trabajos al lado de la sirvienta, comentan que ellas van a tener, como usted, una sirvienta el día que se casen, pues se van a casar también con un hombre rico", a lo que ella contestó: "Eso de que se van a casar con un hombre rico nadie me lo puede asegurar, por lo cuál deben saber realizar las labores y suponiendo que así sea, y se casen con un hombre rico, ellas tienen que saber como se hacen las cosas para poder dirigir a la sirvienta."
Los pocos estudios de Traslita, tres años nada más de educación primaria, no le impidieron nunca tener una claridad envidiable sobre las cosas que la rodeaban, una privilegiada filosofía para captar siempre lo esencial de la vida y una pasión contagiosa por transmitir a los demás sus conocimientos, primero con su ejemplo y después con ese amor verdadero que siempre pone en todo y que yo creo con mucho orgullo haber heredado de ella.
Otra cualidad que me gustaría destacar de mamá Traslita, es que al ser muy austera para todo, siempre ha tratado de vivir con lo esencial y aprovechando todo, nunca pudo por ejemplo botar un envase de vidrio, de esos que vienen con 'cosas'... siempre encontraba algo para poner dentro!.. ¡Gracias Mamá!!!
Los pocos estudios de Traslita, tres años nada más de educación primaria, no le impidieron nunca tener una claridad envidiable sobre las cosas que la rodeaban, una privilegiada filosofía para captar siempre lo esencial de la vida y una pasión contagiosa por transmitir a los demás sus conocimientos, primero con su ejemplo y después con ese amor verdadero que siempre pone en todo y que yo creo con mucho orgullo haber heredado de ella.
Otra cualidad que me gustaría destacar de mamá Traslita, es que al ser muy austera para todo, siempre ha tratado de vivir con lo esencial y aprovechando todo, nunca pudo por ejemplo botar un envase de vidrio, de esos que vienen con 'cosas'... siempre encontraba algo para poner dentro!.. ¡Gracias Mamá!!!
Andresín, mi papá, un gran amante de la vida!... el amigo 'alcahuete' que todos quisieran tener como papá... ¡Mi pigmalión político!!!
Papá se ocupaba de otras cosas en nuestra formación, pero sin imponer tampoco nunca nada, estoy convencida de que mi desmedido 'libre albedrío' así como el de mi hermano, se deben a la forma en que nos educaron mamá y papá, simplemente se limitaban a indicarnos y a hacernos 'saber' cosas. Fue así como al lado de papá Andresín, crecimos oyendo Radio Habana Cuba -había triunfado hacía muy poco tiempo la Revolución Cubana- y aquellos discursos interminables de Fidel, aunque era muy niña entonces, me gustaban. Captaba tanta pasión, dignidad, fuerza, decisión y patriotismo en lo que oía que, aunque no entendiera exactamente el significado de cada palabra, sentía que algo muy bonito 'florecía' en mi pequeño Ser y me inundaba de optimismo y de ganas de Vivir... ¡Gracias Papá!!!
¡Gracias mamá Traslita... Gracias papá Andresín por haberme ayudado a ser lo que soy hoy... una persona llena de defectos seguramente, pues como dice mi amado maestro Eduardo Galeano "La perfección seguirá siendo el aburrido privilegio de los dioses" pero que ama y vive intensamente, que ama y es amada con locura por sus padres, por su hermano, por sus hijos, por sus nietos y por sus amados amiguitos del alma.