martes, 30 de noviembre de 2010

¡Vamos a ver quién llega primero a la higuera!

Mi hermano nunca podría imaginar que aquella invitación que me hacía, significaría tanto en nuestras vidas...

habíamos llegado de la escuela como todos los días y después de almorzar salimos con nuestro postre -higos secos y almendras- al patio de nuestra pequeña casita... mamá que como ya he contado trabajaba en el campo llegaba en las tardes, nos dejaba el almuerzo preparado desde la noche anterior. En las huertas que rodeaban la casa y donde mamá sembraba las papas, teníamos nuestros árboles frutales: un naranjo, un albaricoquero y una higuera, mi hermano (cinco años mayor que yo) me dijo: ¡vamos a ver quíen llega primero a la higuera!... yo sabía que iba a llegar él pues la competencia era muy desigual, pero acepté... ya me las ingeniaré, seguramente pensé como siempre... yo salí corriendo primero y empecé a correr en zig zag delante de él para que no pudiera adelantarme... mi hermano se enredó en mis pies y se cayó, se le incrustó un pedacito de madera en la rodilla y... ese fué el comienzo de nuestra odisea familiar.

Mi hermano fué llevado al hospital de la capital de la isla, ya que después de una semana atendiéndolo el médico del pueblo no había forma de curarle la herida. Luego fué trasladado a Tenerife, una isla mucho mayor, allí fué operado en la clínica de San Juan de Dios, donde se encontraron con que en el hueso de la rodilla había quedado una pequeña astilla de madera que se partió al nosotros tratar de sacarla y la cuál después de tanto tiempo había causado una infección grave.

En Tenerife vivía una hermana de papá ¡la tia Adelaida! una mujer extraordinaria y luchadora... hoy es una anciana, pero nos sigue diciendo ¡disfruten la vida que es bella!... ella entusiasmó a mamá para que viajara a Venezuela a buscar a papá, y después de la recuperación de mi hermano -duró casi dos años- mamá viajó a Venezuela y nosotros nos quedamos con nuestra abuela materna ¡Lola! en nuestro pequeño pueblito y... en ¡El Pajero!... su casa...

4 comentarios:

  1. Uno se traslada a esos ambientes y a la historia conmovedora de los niños.
    Son letras frescas a la vez que tiernas y que expresan un gran amor hacia lo que narran.
    Mis saludos!

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  2. ¡Un gran amor Dilman!... sin duda un gran amor. El haber vivido en completa comunión con la naturaleza te hace revivir con amor y ternura recuerdos lejanos en el tiempo pero no en el corazón.

    Gracias por tu sensibilidad y por entender tantas cosas que para otros han caído en el olvido.

    Un abrazo

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  3. ¿Sabes qué? yo estuve viviendo al sur de Tenerife, primero en Los Cristianos, después El Fraile, y por último Las Galletas, en la Costa del Silencio.
    Me impresionó desde el primer momento la cantidad de microclimas que tiene un espacio tan pequeño en km cuadrados, y tan diferente de un lugar a otro. Allí probé por primera vez mis papitas arrugás con mojo de silantro!! ummmm (el mojo picón me hace daño al estómago), y después acabé echándole silantro a casi todo!! jeje me encanta!!

    Bueno, he venido a felicitarte las fiestas, espero que pases unos días agradables en familia y recordando cosillas, como hacemos todos.

    Besito

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  4. ¡Gracias Mariola! ¡Felíz Año 2011!

    ¡Qué ricas son las papitas arrugás con mojo ¿verdad?! la cocina canaria es muy elemental pero muy sabrosa. Me alegra que conozcas estas tierras, yo no conozco Andalucía, sólo conozco Madrid (donde viví dos años) y sus alrededores.

    Un fuerte abrazo

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